Se percibe complejo que el próximo lunes que empiece la “nueva normalidad” en Tabasco, la pandemia ya vaya de salida. Y es que desde hace 17 días que se dejó atrás la Semana Nacional de Sana Distancia, los casos de coronavirus se mantienen en un promedio de 200 por día. Las muertes tampoco disminuyen.
No hay elementos técnicos para suponer que el Edén ya salió del semáforo rojo, y si existen las autoridades no han podido aterrizar la información, por lo que hay la creencia generalizada –según se lee en redes sociales– de que la semana por venir los ciudadanos estaremos saliendo al matadero.
En cinco días es difícil que los contagios registren una baja, pues desde hace por lo menos dos semanas se ha notado un repunte en la movilidad.
El martes en la noche que se dio a conocer en la rueda de prensa del subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell Ramírez, en qué entidades se aumentó la circulación, a Tabasco se le hizo un llamado a mantener las medidas de seguridad.
Vaya, la entidad arribará a la “nueva normalidad” cuando el coronavirus ni siquiera ha llegado a su punto máximo de contagios.
El problema se vaticina si vemos países que, como China, ya habían “domado” a la pandemia y han vuelto a la cuarentena por los rebrotes.
Para México López-Gatell ya advirtió que en agosto podría resurgir la enfermedad.
La tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador es de las más castigadas por la nueva peste.
Lo único bueno –si se le puede llamar así– es que el estado tiene aún disponible en promedio un 60 por ciento de su capacidad hospitalaria, mas si los contagios se mantienen como hasta ahora, harán falta camas como sucede en el Valle de México.
La parte social de abrir paulatinamente las actividades económicas se entiende: por lo menos la mitad de los mexicanos vive de lo que gana a diario. Es un segmento muy reducido el que puede aguantar varios meses sin ingresos.
Hace falta comida en muchos hogares, aunque salir a buscar el sustento puede alimentar la tragedia por el virus que vino de China.
Puede reconocerse la buena fe del régimen de la llamada ‘Cuarta transformación’ de permitir que los ciudadanos salgan en pos del milagro diario de la sobrevivencia, pero la mortalidad del SARS-CoV-2 diluirá cualquier argumento a la hora de que, dentro de unos meses, se busque a los responsables de la mortandad.
No debemos olvidar que la secretaria de Salud, Silvia Roldán Fernández, ya reveló que en la entidad podría haber 11 mil positivos y tres mil 800 decesos.
Con esas estadísticas no habrá sistema hospitalario que aguante.
Para ensombrecer aún más el panorama, los actores políticos no han olvidado las rencillas por el poder: el régimen no quiere doblar la mano y sigue haciendo política solo con unos cuantos, mientras los opositores han olido la muerte y sobre esa consideración tejen su futuro.
PARA SU INFORMACIÓN…
LA COLUMNA VERTEBRAL del régimen mantiene activos los nervios de la gobernabilidad: el Tribunal Superior de Justicia de Tabasco (TSJT) ha dictado su primera sentencia en línea tras poner en marcha un programa de juicios por internet, mientras la Fiscalía General del estado logró ayer que tres hombres fueron condenados cada uno a 50 años de prisión por el delito de secuestro agravado, en hechos ocurridos en agosto de 2017 en Macuspana. No es la primera vez que Enrique Priego Oropeza y Jaime Lastra Bastar, titulares de esas instituciones, trabajan coordinados.
