/ viernes 26 de marzo de 2021

De Primera Mano | Ser conocido no significa ser favorecido con el voto

Para demostrar que Andrés Granier Melo va a ganar las elecciones del 6 de junio para alcalde de Centro, sus seguidores blanden la teoría de que es “el más conocido” del puñado de prospectos que anhelan la silla que ocupa Evaristo Hernández Cruz.

Y, en seguida, argumentan que Yolanda Osuna Huerta, la virtual abanderada de Morena, no puede ir arriba en la intención del voto, ya que “es una perfecta desconocida”.

En este municipio, ciertamente, no hay quien no identifique al exgobernador priísta, al punto de que es posible que, después del presidente Andrés Manuel López Obrador, el sea el político criollo a quien más ve la ciudadanía.

Pero que todo mundo sepa quién es, no quiere decir que vaya votar por él ese 80-90 por ciento de la población que tiene referencias suyas.

La ecuación para saber el potencial que posee como candidato es muy simple y consiste en saber qué porcentaje de la población lo aprueba y qué porción lo rechaza.

Este reportero está en condiciones de informar que algunos estudios sobre su posicionamiento lo ubican con un 22 por ciento de aprobación contra 26 puntos negativos.

En términos claros eso significa que sus números malos son más, por lo cual se demuelen los buenos.

¿Esto quiere decir que no va a ganar? Eso revela que son menores sus posibilidades de crecer durante los 45 días de proselitismo.

Más aún: está probado que durante una campaña los que más ensanchan sus preferencias son los aspirantes menos identificados por los electores.

Dicho de otra manera: Granier difícilmente podrá aumentar en la intención del voto más allá de su aprobación actual.

De igual forma debe considerarse que el exmandatario será abanderado del partido “campeón” en rechazo ciudadano.

El Revolucionario Institucional carga un lastre de décadas, y el descrédito del sexenio de Enrique Peña Nieto es una herida que difícilmente va a cicatrizar en el imaginario colectivo.

Por si eso fuera poco, con todo lo malo que fue para Tabasco la gestión del perredista Arturo Núñez Jiménez, la de Granier aún está fresca en la mente de los tabasqueños, sobre todo de los habitantes de Centro, que fueron los que más sufrieron en aquel diciembre trágico de 2012 que colapsó el sistema de salud y la sociedad civil salió a “botear” a las calles para llevarle leche y pañales a los niños y viejitos que fueron abandonados esa Navidad en hospitales públicos.

En resumen, aunque es el más expuesto ante la opinión pública, su trayectoria presenta claroscuros que le impiden ser el más fuerte aspirante, pese al esfuerzo de sus creativos de mostrarlo como “Súper Andrés”.

Y esto de superhéroe es literal: en las páginas que lo promueven, lo presentan en una postal donde se le hace resaltar como un ser con poderes.

Falta ver qué mensaje percibe la ciudadanía cuando haga campaña de la mano de su hijo Fabián Granier Calles, abanderado a una diputación local.

“¡Ahí les encargo a Fabián!”, podría ser la frase con la que se despida papá después de ir a pedir el voto por él y por su primogénito.

PARA SU INFORMACIÓN…

LA CORRIENTE DE José Eduardo Beltrán, Chelalo, en Morena es, francamente, minoritaria, pero el ruido que está haciendo la hace ver como si representara, por lo menos, a la mitad de la militancia. La nomenclatura del vinotinto tendrá que sentarse a negociar con la disidencia. Los golpes que pega el también consejero ciudadano de Pemex los resiente también el presidente López Obrador.

Para demostrar que Andrés Granier Melo va a ganar las elecciones del 6 de junio para alcalde de Centro, sus seguidores blanden la teoría de que es “el más conocido” del puñado de prospectos que anhelan la silla que ocupa Evaristo Hernández Cruz.

Y, en seguida, argumentan que Yolanda Osuna Huerta, la virtual abanderada de Morena, no puede ir arriba en la intención del voto, ya que “es una perfecta desconocida”.

En este municipio, ciertamente, no hay quien no identifique al exgobernador priísta, al punto de que es posible que, después del presidente Andrés Manuel López Obrador, el sea el político criollo a quien más ve la ciudadanía.

Pero que todo mundo sepa quién es, no quiere decir que vaya votar por él ese 80-90 por ciento de la población que tiene referencias suyas.

La ecuación para saber el potencial que posee como candidato es muy simple y consiste en saber qué porcentaje de la población lo aprueba y qué porción lo rechaza.

Este reportero está en condiciones de informar que algunos estudios sobre su posicionamiento lo ubican con un 22 por ciento de aprobación contra 26 puntos negativos.

En términos claros eso significa que sus números malos son más, por lo cual se demuelen los buenos.

¿Esto quiere decir que no va a ganar? Eso revela que son menores sus posibilidades de crecer durante los 45 días de proselitismo.

Más aún: está probado que durante una campaña los que más ensanchan sus preferencias son los aspirantes menos identificados por los electores.

Dicho de otra manera: Granier difícilmente podrá aumentar en la intención del voto más allá de su aprobación actual.

De igual forma debe considerarse que el exmandatario será abanderado del partido “campeón” en rechazo ciudadano.

El Revolucionario Institucional carga un lastre de décadas, y el descrédito del sexenio de Enrique Peña Nieto es una herida que difícilmente va a cicatrizar en el imaginario colectivo.

Por si eso fuera poco, con todo lo malo que fue para Tabasco la gestión del perredista Arturo Núñez Jiménez, la de Granier aún está fresca en la mente de los tabasqueños, sobre todo de los habitantes de Centro, que fueron los que más sufrieron en aquel diciembre trágico de 2012 que colapsó el sistema de salud y la sociedad civil salió a “botear” a las calles para llevarle leche y pañales a los niños y viejitos que fueron abandonados esa Navidad en hospitales públicos.

En resumen, aunque es el más expuesto ante la opinión pública, su trayectoria presenta claroscuros que le impiden ser el más fuerte aspirante, pese al esfuerzo de sus creativos de mostrarlo como “Súper Andrés”.

Y esto de superhéroe es literal: en las páginas que lo promueven, lo presentan en una postal donde se le hace resaltar como un ser con poderes.

Falta ver qué mensaje percibe la ciudadanía cuando haga campaña de la mano de su hijo Fabián Granier Calles, abanderado a una diputación local.

“¡Ahí les encargo a Fabián!”, podría ser la frase con la que se despida papá después de ir a pedir el voto por él y por su primogénito.

PARA SU INFORMACIÓN…

LA CORRIENTE DE José Eduardo Beltrán, Chelalo, en Morena es, francamente, minoritaria, pero el ruido que está haciendo la hace ver como si representara, por lo menos, a la mitad de la militancia. La nomenclatura del vinotinto tendrá que sentarse a negociar con la disidencia. Los golpes que pega el también consejero ciudadano de Pemex los resiente también el presidente López Obrador.