/ viernes 4 de septiembre de 2020

De Primera Mano | El caso Macuspana

La destitución de Roberto Villalpando Cisneros como alcalde de Macuspana, al igual que la desaparición de poderes en el ayuntamiento de Jalapa por parte del Congreso local, ocurrido el 25 de mayo pasado, puede leerse como ejemplo de que Morena “no eligió bien” a sus candidatos en 2018 y que estos “salieron peor” que priístas y perredistas, pero también revela la estrategia de la llamada ‘Cuarta transformación’ de enviar la señal de combate a la corrupción empezando por su casa.

La situación en el municipio de donde es originario el presidente Andrés Manuel López Obrador se había vuelto insostenible. Calles destrozadas, pleitos políticos y la inconformidad del propio partido oficial por el apoyo que el ex edil le daba a su yerno para lograr la candidatura para sucederlo.

El cese de Villalpando llama la atención porque él siempre ha presumido su relación con la directora de Administración del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Rosalinda López Hernández, con quien ha trabajado desde hace muchos años en su despacho contable.

Esa aparente cercanía parecía alojarlo de cualquier eventualidad en su contra, y una prueba es que varios colaboradores suyos también venían de laborar con la hermana del gobernador Adán Augusto López Hernández.

Por eso se cree que si el grupo gobernante decidió sacudírselo, fue porque su administración estaba metida hasta la médula en los hechos de presunta corrupción reclamados por la ciudadanía.

A Villalpando le pesó que se tratara de la tierra de López Obrador: cuando se dio en Macuspana la ruidosa protesta ciudadana durante una gira que del presidente del país, los enviados de la prensa nacional destacaron en sus reportes que la rechifla al mandatario se había dado en su lugar de origen.

El pasado 26 de mayo, un periódico de Tabasco entrevistó a este columnista sobre la desaparición de poderes en Jalapa, ordenada por el gobernador López Hernández.

Quien esto escribe opinó que la 4T no estaba dejando pasar por alto ningún atropello, ya que la facultad de remover un ayuntamiento y nombrar a un consejo municipal es exclusiva del Congreso local.

“Creo que se trata de la primera advertencia a los alcaldes que están haciendo y deshaciendo en sus comunas, como es el caso del de Macuspana con su familia, por poner un solo ejemplo”, apuntó entonces este reportero.

Esto es, desde hace cuatro meses que se destituyó a María Asunción Silván Méndez como presidenta municipal de Jalapa, ya se sabía del desorden administrativo en Macuspana.

Como era de esperarse, la oposición, en especial el PRI, aprovechó la caída de Villalpando para asegurar que fue un error que los tabasqueños votaran en 2018 por “seis de seis” candidatos, como pidió AMLO para hacer ganar a su partido con carro completo en el Edén.

En estos municipios será buena bandera de campaña recordar el año próximo que sus alcaldes cayeron por corrupción.

A continuación debería denunciarse a Silván Méndez y a Villalpando, pero la 4T no va a llegar a tanto, pues ni quiera ha procedido en contra del priísta José Eduardo Rovirosa Ramírez.

PARA SU INFORMACIÓN…

EL QUE DEBE estar preocupado en serio es el presidente municipal de Tenosique, Raúl Gutiérrez Cortés, quien ni siquiera radica en esa cabecera y despacha en Villahermosa. Del ex perredista, quien también se ostenta como cercano a Rosalinda López, se cuentan historias más turbias que sobre lo hallado en Macuspana. Por lo pronto debería empezar a mostrarse en su municipio.

La destitución de Roberto Villalpando Cisneros como alcalde de Macuspana, al igual que la desaparición de poderes en el ayuntamiento de Jalapa por parte del Congreso local, ocurrido el 25 de mayo pasado, puede leerse como ejemplo de que Morena “no eligió bien” a sus candidatos en 2018 y que estos “salieron peor” que priístas y perredistas, pero también revela la estrategia de la llamada ‘Cuarta transformación’ de enviar la señal de combate a la corrupción empezando por su casa.

La situación en el municipio de donde es originario el presidente Andrés Manuel López Obrador se había vuelto insostenible. Calles destrozadas, pleitos políticos y la inconformidad del propio partido oficial por el apoyo que el ex edil le daba a su yerno para lograr la candidatura para sucederlo.

El cese de Villalpando llama la atención porque él siempre ha presumido su relación con la directora de Administración del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Rosalinda López Hernández, con quien ha trabajado desde hace muchos años en su despacho contable.

Esa aparente cercanía parecía alojarlo de cualquier eventualidad en su contra, y una prueba es que varios colaboradores suyos también venían de laborar con la hermana del gobernador Adán Augusto López Hernández.

Por eso se cree que si el grupo gobernante decidió sacudírselo, fue porque su administración estaba metida hasta la médula en los hechos de presunta corrupción reclamados por la ciudadanía.

A Villalpando le pesó que se tratara de la tierra de López Obrador: cuando se dio en Macuspana la ruidosa protesta ciudadana durante una gira que del presidente del país, los enviados de la prensa nacional destacaron en sus reportes que la rechifla al mandatario se había dado en su lugar de origen.

El pasado 26 de mayo, un periódico de Tabasco entrevistó a este columnista sobre la desaparición de poderes en Jalapa, ordenada por el gobernador López Hernández.

Quien esto escribe opinó que la 4T no estaba dejando pasar por alto ningún atropello, ya que la facultad de remover un ayuntamiento y nombrar a un consejo municipal es exclusiva del Congreso local.

“Creo que se trata de la primera advertencia a los alcaldes que están haciendo y deshaciendo en sus comunas, como es el caso del de Macuspana con su familia, por poner un solo ejemplo”, apuntó entonces este reportero.

Esto es, desde hace cuatro meses que se destituyó a María Asunción Silván Méndez como presidenta municipal de Jalapa, ya se sabía del desorden administrativo en Macuspana.

Como era de esperarse, la oposición, en especial el PRI, aprovechó la caída de Villalpando para asegurar que fue un error que los tabasqueños votaran en 2018 por “seis de seis” candidatos, como pidió AMLO para hacer ganar a su partido con carro completo en el Edén.

En estos municipios será buena bandera de campaña recordar el año próximo que sus alcaldes cayeron por corrupción.

A continuación debería denunciarse a Silván Méndez y a Villalpando, pero la 4T no va a llegar a tanto, pues ni quiera ha procedido en contra del priísta José Eduardo Rovirosa Ramírez.

PARA SU INFORMACIÓN…

EL QUE DEBE estar preocupado en serio es el presidente municipal de Tenosique, Raúl Gutiérrez Cortés, quien ni siquiera radica en esa cabecera y despacha en Villahermosa. Del ex perredista, quien también se ostenta como cercano a Rosalinda López, se cuentan historias más turbias que sobre lo hallado en Macuspana. Por lo pronto debería empezar a mostrarse en su municipio.