/ jueves 10 de febrero de 2022

De Primera Mano | #CasaGris: ¿No que no, señor presidente? 

El escándalo de la mansión en Houston que habitó José Ramiro López Beltrán muestra, entre otras cosas, que es falso que al presidente Andrés Manuel López Obrador “no le hacen nada” las críticas en la prensa. ¿Qué mejor ejemplo que la información investigada por el columnista Carlos Loret de Mola que lleva 15 días adueñada de la agenda pública del país y que ya la quitó algunas plumas al gallo de la ‘Cuarta transformación’?

En la 4T, hasta hace poco, había la creencia de que los medios informativos no le hacían mella al gobierno lopezobradorista: que porque como el prócer de Tepetitán es honesto, el “pueblo bueno” evolucionado en “benditas redes sociales” lo ponía a salvo de los “malandros” tundemáquinas.

Vaya, con los gobiernos estatal y federal que arrancaron en 2019, el periodismo se convirtió en una actividad repulsiva, tan asquerosa que hasta funcionarios criollos de cuarta categoría pedían a sus “amigos” reporteros “guardar distancia” de ellos para no enojar al poderoso local que imitaba al tirano.

De los estados gobernados por Morena, solo Tabasco, al igual que la administración federal, rompió relación con los medios, aunque se guardó para su causa a dos o tres que se están embuchando el presupuesto de comunicación social que antes se destinaba a todos.

El autor de la bomba detonada en la cara del presidente es Carlos Loret, a quien el tabasqueño ha pintado lo como peor de la raza humana; ello, mientras a Joaquín El Chapo Guzmán Loera se refiere con solemnidad al llamarlo “señor Guzmán”.

Vea usted el tamaño del golpe del periodista incómodo del presidente:

Del jueves 27 de enero al martes 1 de febrero, de acuerdo con la herramienta digital ‘Xpectus’, 49 millones de personas habían interactuado con alguno “trending topics” usados en contra de la 4T por la “casa gris” a la que se mudaron en el extranjero José Ramón y su esposa.

De esa cifra, 39 millones compartieron la información en Twitter desde una óptica negativa para López Obrador, mientras 10 millones lo apoyaron; esto es, el 90 por ciento fue de opinión negativa.

Y esto –llegar a 49 millones de mexicanos– lo logró el periodista más satanizado por el régimen.

El pasado viernes, esta columna publicó que, de acuerdo con una medición del portal De Primera Mano Noticias, en Tabasco la información de la fastuosa casa en que habitó López Beltrán había logrado un 80 por ciento de opinión negativa.

Si se compara con el resultado de ‘Xpectus’, puede observarse que en el estado hubo un 10 por ciento menos de rechazo, pero aun así el daño sigue siendo cuantioso.

El hecho de que Loret haya provocado que en estos 15 días el presidente siga blandiendo la defensa de su primogénito

en la mañanera, muestra que una sola persona ha podido contra el poder omnímodo del jefe del Ejecutivo, que no le ha arrancado ni una pluma al gallo yucateco.

El comunicador oriundo de la vecina Mérida tampoco ha logrado ser doblado por el ejército digital de idiotas que a diario lo descalifican como nunca antes un periodista mexicano había sido censurado por el poder público.

Después de la arrastrada mediática que le está poniendo Loret al tepetiteco, ¿los funcionarios de la 4T van a seguir pensando que el periodismo sin adjetivos no es capaz de “despeinar” a los políticos corruptos que acusan de corruptos a los periodistas como cortina de humo para que no husmeen sus raterías?

El escándalo de la mansión en Houston que habitó José Ramiro López Beltrán muestra, entre otras cosas, que es falso que al presidente Andrés Manuel López Obrador “no le hacen nada” las críticas en la prensa. ¿Qué mejor ejemplo que la información investigada por el columnista Carlos Loret de Mola que lleva 15 días adueñada de la agenda pública del país y que ya la quitó algunas plumas al gallo de la ‘Cuarta transformación’?

En la 4T, hasta hace poco, había la creencia de que los medios informativos no le hacían mella al gobierno lopezobradorista: que porque como el prócer de Tepetitán es honesto, el “pueblo bueno” evolucionado en “benditas redes sociales” lo ponía a salvo de los “malandros” tundemáquinas.

Vaya, con los gobiernos estatal y federal que arrancaron en 2019, el periodismo se convirtió en una actividad repulsiva, tan asquerosa que hasta funcionarios criollos de cuarta categoría pedían a sus “amigos” reporteros “guardar distancia” de ellos para no enojar al poderoso local que imitaba al tirano.

De los estados gobernados por Morena, solo Tabasco, al igual que la administración federal, rompió relación con los medios, aunque se guardó para su causa a dos o tres que se están embuchando el presupuesto de comunicación social que antes se destinaba a todos.

El autor de la bomba detonada en la cara del presidente es Carlos Loret, a quien el tabasqueño ha pintado lo como peor de la raza humana; ello, mientras a Joaquín El Chapo Guzmán Loera se refiere con solemnidad al llamarlo “señor Guzmán”.

Vea usted el tamaño del golpe del periodista incómodo del presidente:

Del jueves 27 de enero al martes 1 de febrero, de acuerdo con la herramienta digital ‘Xpectus’, 49 millones de personas habían interactuado con alguno “trending topics” usados en contra de la 4T por la “casa gris” a la que se mudaron en el extranjero José Ramón y su esposa.

De esa cifra, 39 millones compartieron la información en Twitter desde una óptica negativa para López Obrador, mientras 10 millones lo apoyaron; esto es, el 90 por ciento fue de opinión negativa.

Y esto –llegar a 49 millones de mexicanos– lo logró el periodista más satanizado por el régimen.

El pasado viernes, esta columna publicó que, de acuerdo con una medición del portal De Primera Mano Noticias, en Tabasco la información de la fastuosa casa en que habitó López Beltrán había logrado un 80 por ciento de opinión negativa.

Si se compara con el resultado de ‘Xpectus’, puede observarse que en el estado hubo un 10 por ciento menos de rechazo, pero aun así el daño sigue siendo cuantioso.

El hecho de que Loret haya provocado que en estos 15 días el presidente siga blandiendo la defensa de su primogénito

en la mañanera, muestra que una sola persona ha podido contra el poder omnímodo del jefe del Ejecutivo, que no le ha arrancado ni una pluma al gallo yucateco.

El comunicador oriundo de la vecina Mérida tampoco ha logrado ser doblado por el ejército digital de idiotas que a diario lo descalifican como nunca antes un periodista mexicano había sido censurado por el poder público.

Después de la arrastrada mediática que le está poniendo Loret al tepetiteco, ¿los funcionarios de la 4T van a seguir pensando que el periodismo sin adjetivos no es capaz de “despeinar” a los políticos corruptos que acusan de corruptos a los periodistas como cortina de humo para que no husmeen sus raterías?