/ viernes 27 de noviembre de 2020

De Primera Mano | Andrade y Granier, tras un récord Guinness

Si Andrés Granier Melo o Manuel Andrade Díaz lograsen primero la candidatura de la alianza opositora y luego ganan la presidencia municipal de Centro en las elecciones del próximo año, estarían imponiendo una marca en política nacional: uno de ellos sería el primer exgobernador en ser alcalde de la capital de su tierra después de ocupar el máximo cargo de una entidad federativa.

De acuerdo con historiadores, el único caso que se conoce de un exmandatario estatal que luego de serlo despachó en un ayuntamiento es el de Alfredo Toxqui Fernández, quien después de haber mandado en Puebla fue edil de su natal Cholula, un pueblito de la cuna del mole.

Toxqui, quien fue delegado del CEN del PRI en Tabasco, fue conminado por sus paisanos a tomar las riendas de la pequeña comuna.

A saber, sin embargo, en el país no se ha dado que un político que haya estado al frente de su estado y descienda luego a despachar en el ayuntamiento de la capital.

También hay una muestra que Andrade y Granier no son los únicos exgobernadores que quieren ser presidentes municipales.

La historia política de la nación registra el expediente de Víctor Cervera Pacheco: dos veces mandamás de Yucatán (una de cuatro años como sustituto, y otra de seis como constitucional).

En términos estrictos el priísta gobernó la tierra del faisán y del venado durante 10 años.

Tres años después de haber estado al frente del principal despacho de Mérida y aún con su popularidad en fase de aceptación, se aventuró a conquistar la silla de la capital yucateca.

Y perdió estrepitosamente.

Corresponde a los historiadores yucatecos comprometer una hipótesis sobre las causas por las que fue derrotado quien se considera el más grande cacique priísta que han tenido los vecinos peninsulares.

Lo que interesa distinguir es que, como le pasó a Cervera, la popularidad no es sinónimo de triunfo cuando buscas un cargo menor tras haber estado en la cima de tu terruño.

Además del yucateco, ahora dos tabasqueños que también han saboreado las mieles del poder estatal quieren regresar a la liga municipal.

Andradeo Granier pueden convertirse en el primer exmandatario tabasqueño en volver a la administración con un cargo menor, pero también podría ser cualquiera de ellos el segundo exgobernador del país en ser derrotado buscando manejar la capital de la entidad que ya tutelaron.

Al margen de eso, el activismo de ambos mete en un problema al régimen tabasqueño, que seguramente va a activar algún mecanismo para evitar que la oposición le arrebate la capital en la estratégica segunda mitad de la gestión gubernamental.

Si la alianza opositora con cualquiera de aquellos gana la oficina de la Plaza de la Revolución, el partido vinotinto tendrá medio cuerpo afuera de la Quinta Grijalva en 2024.

Así que la incursión de los priístas debe representar un dolor de cabeza para el partido del presidente Andrés Manuel López

Obrador.

Mientras tanto, el proceso electoral de 2021 gira en torno al activismo de los priístas, episodio en el que se ha involucrado el PRD, pues en este partido ya hay dos bandos en pugna: el que apoya a Granier y el que va por Andrade.


PARA SU INFORMACIÓN…

DE MANERA SIGILOSA, colaboradores del exgobernador Granier están pujando para que Fabián Granier Calles sea candidato a diputado local. La duda es si el hijo tiene la popularidad del padre y cómo va a tomar el electorado tabasqueño la participación de los Granier en los siguientes comicios.

Si Andrés Granier Melo o Manuel Andrade Díaz lograsen primero la candidatura de la alianza opositora y luego ganan la presidencia municipal de Centro en las elecciones del próximo año, estarían imponiendo una marca en política nacional: uno de ellos sería el primer exgobernador en ser alcalde de la capital de su tierra después de ocupar el máximo cargo de una entidad federativa.

De acuerdo con historiadores, el único caso que se conoce de un exmandatario estatal que luego de serlo despachó en un ayuntamiento es el de Alfredo Toxqui Fernández, quien después de haber mandado en Puebla fue edil de su natal Cholula, un pueblito de la cuna del mole.

Toxqui, quien fue delegado del CEN del PRI en Tabasco, fue conminado por sus paisanos a tomar las riendas de la pequeña comuna.

A saber, sin embargo, en el país no se ha dado que un político que haya estado al frente de su estado y descienda luego a despachar en el ayuntamiento de la capital.

También hay una muestra que Andrade y Granier no son los únicos exgobernadores que quieren ser presidentes municipales.

La historia política de la nación registra el expediente de Víctor Cervera Pacheco: dos veces mandamás de Yucatán (una de cuatro años como sustituto, y otra de seis como constitucional).

En términos estrictos el priísta gobernó la tierra del faisán y del venado durante 10 años.

Tres años después de haber estado al frente del principal despacho de Mérida y aún con su popularidad en fase de aceptación, se aventuró a conquistar la silla de la capital yucateca.

Y perdió estrepitosamente.

Corresponde a los historiadores yucatecos comprometer una hipótesis sobre las causas por las que fue derrotado quien se considera el más grande cacique priísta que han tenido los vecinos peninsulares.

Lo que interesa distinguir es que, como le pasó a Cervera, la popularidad no es sinónimo de triunfo cuando buscas un cargo menor tras haber estado en la cima de tu terruño.

Además del yucateco, ahora dos tabasqueños que también han saboreado las mieles del poder estatal quieren regresar a la liga municipal.

Andradeo Granier pueden convertirse en el primer exmandatario tabasqueño en volver a la administración con un cargo menor, pero también podría ser cualquiera de ellos el segundo exgobernador del país en ser derrotado buscando manejar la capital de la entidad que ya tutelaron.

Al margen de eso, el activismo de ambos mete en un problema al régimen tabasqueño, que seguramente va a activar algún mecanismo para evitar que la oposición le arrebate la capital en la estratégica segunda mitad de la gestión gubernamental.

Si la alianza opositora con cualquiera de aquellos gana la oficina de la Plaza de la Revolución, el partido vinotinto tendrá medio cuerpo afuera de la Quinta Grijalva en 2024.

Así que la incursión de los priístas debe representar un dolor de cabeza para el partido del presidente Andrés Manuel López

Obrador.

Mientras tanto, el proceso electoral de 2021 gira en torno al activismo de los priístas, episodio en el que se ha involucrado el PRD, pues en este partido ya hay dos bandos en pugna: el que apoya a Granier y el que va por Andrade.


PARA SU INFORMACIÓN…

DE MANERA SIGILOSA, colaboradores del exgobernador Granier están pujando para que Fabián Granier Calles sea candidato a diputado local. La duda es si el hijo tiene la popularidad del padre y cómo va a tomar el electorado tabasqueño la participación de los Granier en los siguientes comicios.