/ martes 19 de mayo de 2020

De Primera Mano | 60 días de terror

Dos meses han pasado desde que se registró el primer caso de COVID-19 en Tabasco, que hasta el lunes tenía un acumulado de dos mil 381casos y 303 decesos, lo que por día promedia 40 contagios y cinco muertes.

La entidad ocupa el segundo lugar nacional en incidencia por cada 100 mil habitantes, solo es superada por el Valle de México; Centro, cuya cabecera es la capital Villahermosa, mantiene el cuarto lugar de municipios del país con más casos.

Tabasco es uno de los tres estados cuyos gobernadores han dado positivo a coronavirus; los otros dos son Querétaro e Hidalgo, y es el único en donde se ha contagiado la persona que está al frente de la primera línea de batalla: la secretaria de Salud, Silvia Roldán Fernández, también fue alcanzada por el virus.

El 18 de marzo pasado, la Secretaría de Salud informó que una tabasqueña de 61 años proveniente de Europa era el primer caso de COVID-19 en la entidad.

La paciente cero fue detectada en el filtro sanitario instalado en el aeropuerto internacional de Villahermosa.

Contra esa mujer se desató una asonada mediática con el argumento de que era la “culpable” de que el territorio se “contagiara”. Un funcionario de la comuna de Cárdenas tuvo que renunciar ante la presión de medios de la Ciudad de México que dieron a conocer que fue uno de los que azuzó a las redes sociales en contra de su paisana.

Por esa información Tabasco fue nota nacional.

Solo dos días después de la llegada del virus al Edén, el Gobierno de Tabasco decretó el 20 de marzo el cierre de comercios considerados no esenciales.

En un hecho que aumentó el miedo, el 29 de marzo se dio a conocer que el mandatario Adán Augusto López Hernández había dado positivo, y un día después se informó que también Roldán Fernández también padecía la enfermedad.

El 1 de abril la administración estatal anunció la prohibición en la venta de bebidas alcohólicas. La llamada ‘Ley seca’, asimismo, pune la distribución y la circulación de bebidas etílicas.

Las autoridades estatales han endurecido las acciones para tratar de disminuir los contagios. Pero ni así la pandemia ha sido contenida.

Un caso que así lo demuestra es que el fin de semana del 10 de mayo, de todo el país, solo la administración de Tabasco determinó restringir la actividad comercial, salvo negocios esenciales como farmacias y gasolineras, a fin de que no se dieran aglomeraciones por las compras del Día de las Madres.

El 25 de abril que hordas de habitantes de Cárdenas intentaron saquear tiendas de autoservicio de aquel municipio, se pudo ver que el Estado no permitiría que esa acción se replicara en otras localidades, pues la Policía dispersó a balazos a los agresores.

Los 11 detenidos hoy se encuentran en prisión con muchas posibilidades de pasar varios años en la cárcel.

La “mano dura” evitó que cundiera el (¿mal?) ejemplo.

Otra acción más que muestra la firmeza del Gobierno choco es que las veces que, la semana pasada, la ciudadanía “relajo” las medidas sanitarias y salió a “pasear” a la Zona Remodelada, efectivos policiacos usaron la fuerza para desalojar a los vendedores ambulantes que ya se habían establecido de nuevo.

Igualmente algunos ciudadanos que no usaban cubrebocas fueron puestos a disposición de un juez cívico.

ESTRICTAMENTE PERSONAL…

EL PÉSAME DEL columnista para la compañera Mary Carmen Barrientos al deceso de su señora madre, quien perdió la vida el fin de semana. Que pronto encuentres consuelo, jefa.

Dos meses han pasado desde que se registró el primer caso de COVID-19 en Tabasco, que hasta el lunes tenía un acumulado de dos mil 381casos y 303 decesos, lo que por día promedia 40 contagios y cinco muertes.

La entidad ocupa el segundo lugar nacional en incidencia por cada 100 mil habitantes, solo es superada por el Valle de México; Centro, cuya cabecera es la capital Villahermosa, mantiene el cuarto lugar de municipios del país con más casos.

Tabasco es uno de los tres estados cuyos gobernadores han dado positivo a coronavirus; los otros dos son Querétaro e Hidalgo, y es el único en donde se ha contagiado la persona que está al frente de la primera línea de batalla: la secretaria de Salud, Silvia Roldán Fernández, también fue alcanzada por el virus.

El 18 de marzo pasado, la Secretaría de Salud informó que una tabasqueña de 61 años proveniente de Europa era el primer caso de COVID-19 en la entidad.

La paciente cero fue detectada en el filtro sanitario instalado en el aeropuerto internacional de Villahermosa.

Contra esa mujer se desató una asonada mediática con el argumento de que era la “culpable” de que el territorio se “contagiara”. Un funcionario de la comuna de Cárdenas tuvo que renunciar ante la presión de medios de la Ciudad de México que dieron a conocer que fue uno de los que azuzó a las redes sociales en contra de su paisana.

Por esa información Tabasco fue nota nacional.

Solo dos días después de la llegada del virus al Edén, el Gobierno de Tabasco decretó el 20 de marzo el cierre de comercios considerados no esenciales.

En un hecho que aumentó el miedo, el 29 de marzo se dio a conocer que el mandatario Adán Augusto López Hernández había dado positivo, y un día después se informó que también Roldán Fernández también padecía la enfermedad.

El 1 de abril la administración estatal anunció la prohibición en la venta de bebidas alcohólicas. La llamada ‘Ley seca’, asimismo, pune la distribución y la circulación de bebidas etílicas.

Las autoridades estatales han endurecido las acciones para tratar de disminuir los contagios. Pero ni así la pandemia ha sido contenida.

Un caso que así lo demuestra es que el fin de semana del 10 de mayo, de todo el país, solo la administración de Tabasco determinó restringir la actividad comercial, salvo negocios esenciales como farmacias y gasolineras, a fin de que no se dieran aglomeraciones por las compras del Día de las Madres.

El 25 de abril que hordas de habitantes de Cárdenas intentaron saquear tiendas de autoservicio de aquel municipio, se pudo ver que el Estado no permitiría que esa acción se replicara en otras localidades, pues la Policía dispersó a balazos a los agresores.

Los 11 detenidos hoy se encuentran en prisión con muchas posibilidades de pasar varios años en la cárcel.

La “mano dura” evitó que cundiera el (¿mal?) ejemplo.

Otra acción más que muestra la firmeza del Gobierno choco es que las veces que, la semana pasada, la ciudadanía “relajo” las medidas sanitarias y salió a “pasear” a la Zona Remodelada, efectivos policiacos usaron la fuerza para desalojar a los vendedores ambulantes que ya se habían establecido de nuevo.

Igualmente algunos ciudadanos que no usaban cubrebocas fueron puestos a disposición de un juez cívico.

ESTRICTAMENTE PERSONAL…

EL PÉSAME DEL columnista para la compañera Mary Carmen Barrientos al deceso de su señora madre, quien perdió la vida el fin de semana. Que pronto encuentres consuelo, jefa.