/ miércoles 10 de julio de 2019

Complicadísimo escenario

El gobierno simple y sencillamente está haciendo su chamba con los partidos políticos de oposición, tal y como en su momento lo hizo el PRI y el PRD cuando gobernaban.

Siempre ha sido así. Mal harían si no lo hicieran. Sería un gravísimo error de cálculo político. Mientras más logren internamente dividirlos, más fácil será para los que están en el poder gobernar.

Por ello, no me sorprende lo que está ocurriendo en el PRD y, por ende, en su fracción parlamentaria. A decir verdad, no es ninguna novedad.

Noticia sería que estuvieran unidos, para señalar en bloque los equívocos de la actual administración.

Situación que no es privativa del perredé, sino también de los demás partidos políticos. En donde claramente se ve que no hay una estrategia política, social y mediática consensada entre las dirigencias y los legisladores. Razón por la que cada quien va por su lado.

Los recién dimes y diretes entre el senador Juan Manuel Fócil Pérez y los diputados Agustín Silva Vidal y Elsy Lydia Izquierdo Morales -coordinador y subcoordinadora de la bancada perredista- reflejan la campal que se están dando por lo que queda del PRD.

Y lo mismo va a acontecer con toda seguridad en el tricolor y en el PAN.

Insisto, el gobierno está en lo suyo, aplicándose.

Francotiradores y quintacolumnistas o, mejor dicho, traidores siempre va a encontrar para ahondar las fracturas endógenas, y más ahora, que las finanzas partidistas de los partidos antagónicos están quebradas.

Si antes los cooptaban por algunos miles de pesos, ahora van a resultar más baratos.

Lo que de ninguna manera quita responsabilidad alguna a las cabezas de los grupos políticos que luchan encarnizadamente, como está sucediendo ahora en el PRD, por quedarse con el control de los partidos.

Al final del día, todos van a ser corresponsables de lo que ocurra en el corto y mediano plazo.

Me temo que el más severamente dañado va a ser el PRD, pues mientras en el PRI y en el PAN los problemas políticos se procesan de forma más vertical, en sol azteca se da de manera transversal, y más ahora, que en el concierto nacional también está todo de cabeza.

El partido negro y amarillo está más propenso a balcanizarse -no a desaparecer, como afirman algunos- que el institucional.

Si Juan Manuel Fócil Pérez, Agustín Silva Vidal y Gerardo Gaudiano Rovirosa, no se reparten el pastel de acuerdo a lo que cada uno políticamente representa y vale, en el 2021 van a sufrir otro descalabro electoral, no como el que sufrieron en las pasadas elecciones federal y estatal, pero sí, muy parecido.

Entonces…más les vale, que se pongan las pilas o se los va a llevar la…así de sencillo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa Macías, sorprendió a propios y extraños.

Inmediatamente se sintieron sus contraproducentes efectos y, a decir verdad, no era para menos.

Los inversionistas privados tenían plena confianza en él.

Y para acabarla de amolar, no se va de la mejor manera.

Lo que me lleva a afirmar, que vienen tiempos más difíciles de los que se preveían.

El gobierno simple y sencillamente está haciendo su chamba con los partidos políticos de oposición, tal y como en su momento lo hizo el PRI y el PRD cuando gobernaban.

Siempre ha sido así. Mal harían si no lo hicieran. Sería un gravísimo error de cálculo político. Mientras más logren internamente dividirlos, más fácil será para los que están en el poder gobernar.

Por ello, no me sorprende lo que está ocurriendo en el PRD y, por ende, en su fracción parlamentaria. A decir verdad, no es ninguna novedad.

Noticia sería que estuvieran unidos, para señalar en bloque los equívocos de la actual administración.

Situación que no es privativa del perredé, sino también de los demás partidos políticos. En donde claramente se ve que no hay una estrategia política, social y mediática consensada entre las dirigencias y los legisladores. Razón por la que cada quien va por su lado.

Los recién dimes y diretes entre el senador Juan Manuel Fócil Pérez y los diputados Agustín Silva Vidal y Elsy Lydia Izquierdo Morales -coordinador y subcoordinadora de la bancada perredista- reflejan la campal que se están dando por lo que queda del PRD.

Y lo mismo va a acontecer con toda seguridad en el tricolor y en el PAN.

Insisto, el gobierno está en lo suyo, aplicándose.

Francotiradores y quintacolumnistas o, mejor dicho, traidores siempre va a encontrar para ahondar las fracturas endógenas, y más ahora, que las finanzas partidistas de los partidos antagónicos están quebradas.

Si antes los cooptaban por algunos miles de pesos, ahora van a resultar más baratos.

Lo que de ninguna manera quita responsabilidad alguna a las cabezas de los grupos políticos que luchan encarnizadamente, como está sucediendo ahora en el PRD, por quedarse con el control de los partidos.

Al final del día, todos van a ser corresponsables de lo que ocurra en el corto y mediano plazo.

Me temo que el más severamente dañado va a ser el PRD, pues mientras en el PRI y en el PAN los problemas políticos se procesan de forma más vertical, en sol azteca se da de manera transversal, y más ahora, que en el concierto nacional también está todo de cabeza.

El partido negro y amarillo está más propenso a balcanizarse -no a desaparecer, como afirman algunos- que el institucional.

Si Juan Manuel Fócil Pérez, Agustín Silva Vidal y Gerardo Gaudiano Rovirosa, no se reparten el pastel de acuerdo a lo que cada uno políticamente representa y vale, en el 2021 van a sufrir otro descalabro electoral, no como el que sufrieron en las pasadas elecciones federal y estatal, pero sí, muy parecido.

Entonces…más les vale, que se pongan las pilas o se los va a llevar la…así de sencillo.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa Macías, sorprendió a propios y extraños.

Inmediatamente se sintieron sus contraproducentes efectos y, a decir verdad, no era para menos.

Los inversionistas privados tenían plena confianza en él.

Y para acabarla de amolar, no se va de la mejor manera.

Lo que me lleva a afirmar, que vienen tiempos más difíciles de los que se preveían.