/ jueves 2 de mayo de 2019

Comer ansias en el Edén

Los grupos que retorcieron el resultado la elección para delegados municipales enfatizando en la victoria del PRI en Tepetitán, cuna del presidente Andrés Manuel López Obrador, y aprovechan la andanada contra el alcalde capitalino Evaristo Hernández Cruz, carta de Morena para la siguiente sucesión gubernamental, olvidan que la próxima jornada comicial está muy distante, y pierden recursos en fuegos artificiales. Los procesos para elegir candidatos no pueden adelantarse ni quemarse etapas.

La atención prestada en redes sociales a Evaristo, lo cual tiene de cobro de facturas políticas y también lograr su descarrilamiento hacia el 24, ha logrado un reacomodo en la agenda del estado: que se desatiendan los pendientes con el ex gobernador Arturo Núñez Jiménez.

De tal manera que a quien se considera el peor de los Ejecutivos de Tabasco se le ha sacado del foco de la opinión pública.

No significa necesariamente que el equipo del esposo de Martha Lilia López Aguilera –comandado por la diputada plurinominal Dolores Gutiérrez Zurita– haya metido a propósito el tema del presidente municipal como distractor para desaparecer a Núñez como tema de discusión pública.

Más bien, los adversarios del edil lograron tocar fibras sensibles como la falta de infraestructura para agua potable y el “respeto” a las personas de la tercera edad para ponerlo en el centro del debate.

Aunque se trata de un tema focalizado –Hernández Cruz culpa a un político y a una empresa editorial–, el lance en su contra se ha enmarcado en el siguiente cambio de poderes.

Un estudioso de la política asegura que le guerra mediática contra Evaristo “es gastar pólvora en infiernitos”, la cual conlleva el riesgo de que lo “victimicen o lo vuelvan protagonista político de Tabasco”.

Por el lado de Macuspana, se insiste en que el candidato ganador en Tepetitán, Norberto Alamilla, milita en el PRI, he incluso se ha escudriñado en los archivos de la avenida 16 de Septiembre para mostrar públicamente que es priísta.

¿Si así fuera cuántos nuevos integrantes de Morena tendrían que ser regresados al tricolor por pasarse al partido de AMLO sin renunciar a su militancia priísta?

Pero la “fake news” de la derrota del régimen en la tierra del jefe de la nación se está usando para presionar al propio alcalde Roberto Villalpando con el argumento frívolo de que el (falso) triunfo del Revolucionario Institucional obedeció al “mal gobierno” municipal.

De acuerdo a esa lógica, como ha quedado demostrado que la victoria fue morenista, entonces se trató de un referéndum para el partido en el poder que aprobó el edil tumbapato.

Los casos de Tepetitán y Evaristo se están usando para tratar de exponer ante los tabasqueños que Morena gobierna mal, y que el PRI puede volver a regir el estado.

En lo que hace a los perredistas involucrados –el edil morenista responsabiliza al ex candidato Gerardo Gaudiano Rovirosa–, no hay una alianza formal con el tricolor, pero los une las ansias de acabar a periodicazos digitales con la organización de AMLO.

PARA SU INFORMACIÓN…

EN DOS SEMANAS se cumple un año del asesinato del periodista Juan Carlos Huerta Gutiérrez y el gobierno anterior dejó estancada la investigación, pese a la promesa de que se resolvería antes de que concluyera el mandato de Arturo Núñez, en cuya gestión mataron a dos comunicadores que en su momento fueron críticos ácidos del mandatario y de su esposa: el propio Huerta y Moisés Dagdug. En el gobierno de Andrés Granier Melo ejecutaron a Alejandro Fonseca, El Padrino, y a Rodolfo Rincón Taracena, pero en estos expedientes sí quedó acreditada la responsabilidad del crimen organizado. Los casos de Juan Carlos y Moisés recuerdan los tiempos lúgubres de la era priísta, cuando en Gobernación se disimulaba el exterminio de opositores.

Los grupos que retorcieron el resultado la elección para delegados municipales enfatizando en la victoria del PRI en Tepetitán, cuna del presidente Andrés Manuel López Obrador, y aprovechan la andanada contra el alcalde capitalino Evaristo Hernández Cruz, carta de Morena para la siguiente sucesión gubernamental, olvidan que la próxima jornada comicial está muy distante, y pierden recursos en fuegos artificiales. Los procesos para elegir candidatos no pueden adelantarse ni quemarse etapas.

La atención prestada en redes sociales a Evaristo, lo cual tiene de cobro de facturas políticas y también lograr su descarrilamiento hacia el 24, ha logrado un reacomodo en la agenda del estado: que se desatiendan los pendientes con el ex gobernador Arturo Núñez Jiménez.

De tal manera que a quien se considera el peor de los Ejecutivos de Tabasco se le ha sacado del foco de la opinión pública.

No significa necesariamente que el equipo del esposo de Martha Lilia López Aguilera –comandado por la diputada plurinominal Dolores Gutiérrez Zurita– haya metido a propósito el tema del presidente municipal como distractor para desaparecer a Núñez como tema de discusión pública.

Más bien, los adversarios del edil lograron tocar fibras sensibles como la falta de infraestructura para agua potable y el “respeto” a las personas de la tercera edad para ponerlo en el centro del debate.

Aunque se trata de un tema focalizado –Hernández Cruz culpa a un político y a una empresa editorial–, el lance en su contra se ha enmarcado en el siguiente cambio de poderes.

Un estudioso de la política asegura que le guerra mediática contra Evaristo “es gastar pólvora en infiernitos”, la cual conlleva el riesgo de que lo “victimicen o lo vuelvan protagonista político de Tabasco”.

Por el lado de Macuspana, se insiste en que el candidato ganador en Tepetitán, Norberto Alamilla, milita en el PRI, he incluso se ha escudriñado en los archivos de la avenida 16 de Septiembre para mostrar públicamente que es priísta.

¿Si así fuera cuántos nuevos integrantes de Morena tendrían que ser regresados al tricolor por pasarse al partido de AMLO sin renunciar a su militancia priísta?

Pero la “fake news” de la derrota del régimen en la tierra del jefe de la nación se está usando para presionar al propio alcalde Roberto Villalpando con el argumento frívolo de que el (falso) triunfo del Revolucionario Institucional obedeció al “mal gobierno” municipal.

De acuerdo a esa lógica, como ha quedado demostrado que la victoria fue morenista, entonces se trató de un referéndum para el partido en el poder que aprobó el edil tumbapato.

Los casos de Tepetitán y Evaristo se están usando para tratar de exponer ante los tabasqueños que Morena gobierna mal, y que el PRI puede volver a regir el estado.

En lo que hace a los perredistas involucrados –el edil morenista responsabiliza al ex candidato Gerardo Gaudiano Rovirosa–, no hay una alianza formal con el tricolor, pero los une las ansias de acabar a periodicazos digitales con la organización de AMLO.

PARA SU INFORMACIÓN…

EN DOS SEMANAS se cumple un año del asesinato del periodista Juan Carlos Huerta Gutiérrez y el gobierno anterior dejó estancada la investigación, pese a la promesa de que se resolvería antes de que concluyera el mandato de Arturo Núñez, en cuya gestión mataron a dos comunicadores que en su momento fueron críticos ácidos del mandatario y de su esposa: el propio Huerta y Moisés Dagdug. En el gobierno de Andrés Granier Melo ejecutaron a Alejandro Fonseca, El Padrino, y a Rodolfo Rincón Taracena, pero en estos expedientes sí quedó acreditada la responsabilidad del crimen organizado. Los casos de Juan Carlos y Moisés recuerdan los tiempos lúgubres de la era priísta, cuando en Gobernación se disimulaba el exterminio de opositores.