Su muerte, lo volvió leyenda, fue el candidato del Presidente de aquel entonces, Carlos Salinas de Gortari, pero en el imaginario colectivo, muchos creen percibir, que éste tuvo que ver con su inesperada muerte, ya que se sospecha que se alejó del mandatario en plena campaña.
Su deceso, en medio del surgimiento del EZLN y de la firma del TLC, no benefició a Salinas, hundió políticamente a Manuel Camacho Solís, su principal detractor político, e impulsó al sobrio y gris de Ernesto Zedillo, como su inesperado sustituto en la candidatura.
Zedillo era, contra la voluntad de Colosio, su Coordinador de Campaña y se hablaba que sería desplazado de dicho cargo.
Luis Donaldo Colosio Murrieta, nació el 10 de febrero de 1950, en Magdalena de Kino, Sonora. Fue asesinado, a los 44 años, supuestamente por Mario Aburto Martínez, la tarde del 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana Baja California.
Hijo de Don Luis Colosio Fernández y de Doña Armida Ofelia Murrieta García. Casado, desde 1982, con la señora Diana Laura Riojas Reyes, con quien procreó a Luis Donaldo Jr., quien es diputado local, por Movimiento Ciudadano, en el Congreso de N.L.; y, a su hermana, Mariana.
Fue el mayor de seis hermanos: Martha, Marcela, Víctor, Laura Elena y Claudia.
Hizo sus estudios profesionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, obteniendo el título de Licenciado en Economía en 1972.
Cursó la Maestría en Desarrollo Rural y Economía Urbana, entre 1975 y 1976, en la Universidad de Pensilvania.
Residió durante un año en Viena, Austria, como investigador en el Instituto Internacional de Sistemas Aplicados. Más adelante fue subdirector de Política Económica (1980), y director de Programación de la Secretaría de Programación y Presupuesto (1982-1985).
En 1980, se desempeñó como profesor de economía en el Colegio de México, la UNAM y la Universidad Anáhuac, en esta última institución conoció a Diana Laura.
Perteneció al PRI desde 1968. Fue Diputado Federal en 1985 y posteriormente Senador de la República, en 1988. Fue Presidente Nacional de dicho Partido, de 1988 a 1992.
Antes, en el mes de octubre de 1987, fue designado Oficial Mayor del CEN del PRI y al poco tiempo, Coordinador de la Campaña Presidencial de Carlos Salinas de Gortari.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, su gran impulsor, se convirtió en el primer Secretario de Desarrollo Social, a partir del 13 de abril de 1992.
Le ganó la candidatura presidencial del tricolor, a Manuel Camacho Solís, quien no dejo de mostrar su molestia, por no ser el ungido por el “dedo divino”.
Para varios analistas, Colosio, intentó independizarse de Salinas, posterior a su famoso discurso durante el aniversario del PRI, en los primeros días de marzo de 1994:
“Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales...”.
25 años después del asesinato de Colosio, los mexicanos siguen indignados, pues piensan que la versión oficial, del asesino solitario, nunca ha parecido creíble.
Sin embargo, ante el aniversario emblemático, aparece una versión del asesinato en Netflix, con más sesgo comercial, que histórico; igualmente, se desclasifican archivos del magnicidio; y, el Presidente AMLO, declara que días antes, de la trágica muerte, había cenado con Colosio.
En palabras, de los “chavos” de ahora: ¡medio mundo subiéndose en el tren del mame!
Lo cierto es que si Luis Donaldo pudiera decirle a alguien, su percepción del México de ahora, probablemente contestaría, con angustia y furia:
“Sigo viendo, como nunca, un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales...”.
Desde su muerte, todo cambió, para seguir estando igual.
