La llegada de Andrés Manuel López Beltrán como secretario general de Morena también tendrá resonancias profundas en la sucesión de Tabasco. El impacto de su nuevo rol se percibe ya en la configuración del poder local.
Como el segundo de a bordo en la dirigencia nacional, Andy fortalece de manera indiscutible al grupo político que encabezan el gobernador electo Javier May y su cercano aliado Octavio Romero Oropeza.
Este nuevo escenario no solo solidifica su influencia dentro del partido, sino que también abre nuevas perspectivas para los miembros de su entorno, como el próximo secretario de Obras Públicas, Daniel Casasús, quien, a pesar de su reciente intento fallido por la alcaldía de Centro, ha visto un ascenso notable gracias a su asociación con Andy.
Andy parece ser el trampolín perfecto para consolidar su influencia en las futuras elecciones, incluyendo las que decidirán el próximo candidato a la gubernatura.
Su rol en la jerarquía del partido nacional le otorga una ventaja estratégica considerable para ser un factor decisivo en la selección del candidato que sucederá a Javier May.
Sin embargo, este nuevo poder en manos de Andy también plantea un dilema intrigante: ¿será él el gran elector que determine el futuro del próximo abanderado o abanderada?
La realidad es que, aunque su influencia es significativa, no debe perderse de vista que el proceso de selección de candidatos en Morena es también un campo de juego donde otras corrientes internas y la figura de su papá Andrés Manuel López Obrador jugarán roles cruciales.
La baraja de posibles candidatos se abre con un claro sesgo hacia dos figuras prominentes ligadas a Andy: Daniel Casasús y Octavio Romero Oropeza.
Ambos nombres están en la palestra, pero la competencia interna dentro del partido y las maniobras políticas de otras corrientes podrían alterar las previsiones actuales.
Andy caminará rumbo a la candidatura presidencial, pero también tiene implicaciones directas en la política de Tabasco.
Su nuevo rol le proporciona un estatus que puede ser determinante para el futuro político del estado.
La influencia que ejercerá en la selección de candidatos y en la configuración del poder local será una pieza clave en el ajedrez político de los próximos años.
: LA RÚBRICA
Tabasco se despidió el martes de Ramón Rodríguez Zentella, un hombre que, a lo largo de sus 78 años de vida, dejó una marca indeleble en la administración pública y en la política del estado. Padre del exdiputado federal Manuel Rodríguez González, Ramón Rodríguez Zentella fue un pilar en la vida de su hijo, una figura destacada en el ámbito político y administrativo. Con una trayectoria que incluye cargos como delegado del Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA) y coordinador general del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Tabasco (COPLADET), Rodríguez Zentella demostró un firme compromiso con el servicio público. Su paso por el PRI, donde militó durante 48 años, refleja una carrera marcada por el compromiso y la lealtad al partido, aunque su ruptura con la organización en 2012, tras criticar la gestión de sus dirigentes, mostró su disposición a alzar la voz en busca de una política más justa y transparente. Su vida es un testimonio de dedicación al servicio y de valentía para enfrentar y cuestionar las estructuras que consideraba injustas. La comunidad lo recordará por su entrega y su inquebrantable voluntad de contribuir al desarrollo de Tabasco. Ayer, su cuerpo fue velado y cremado en el Recinto Memorial. La forma en que su familia y amigos le rindieron homenaje fue, sin duda, un reflejo del respeto y la admiración que generó a lo largo de su vida. En este momento de despedida, queda la reflexión sobre el impacto de su legado y el valor de su trayectoria en la historia reciente del estado.