/ martes 14 de julio de 2020

Brega en el Edén | La UJAT  y sus recurrentes crisis financieras, ¿2020 será la última? 

En palabras de la filosofa italiana Gabriella Giudici, lo define así: “un País que destruye la escuela pública no lo hace por dinero, porque falten recursos o porque sea excesivo. Un país desmonta la educación, las artes y la cultura, cuando este ya está gobernado por aquellos que sólo tienen algo que perder con la difusión del saber”.

Resulta inverosímil que no haya dinero para las universidades, pero sí para el programa jóvenes construyendo el futuro, que según informes de la STPS alcanzó un total de 900 mil becarios, con un comportamiento atípico y que no puede ser verificable debido a que no existe un padrón público, con inconsistencias en los denominados centros de trabajo y con becarios no localizados en los mismos.

No hay dinero para universidades, pero sí para comprar estadios de béisbol y para crear nuevas universidades “patito” que sólo buscan ser recintos de adoctrinamiento político y mermar la libertad de cátedra.

En Tabasco se han desaparecido organismos e instituciones, se han eliminado programas sociales, sin embargo, poco se conoce de los supuestos ahorros y su destino, así como de los programas de austeridad. Todo indica que lo que el gobierno hace es una simulación distractora con el discurso de la pobreza franciscana, mientras los funcionarios cercanos al gobernador como Carlos Iñiguez y Malu Somellera, cobran sueldos exorbitantes que rebasan incluso lo que gana el ejecutivo estatal y el Presidente de la República. Por otro lado se han gastado millones de pesos para sostener al equipo de los Olmecas de Tabasco en una temporada infértil.

No se entiende por qué mandaron a Guillermo Narváez Osorio como Rector de la UJAT, teniendo pleno conocimiento de la situación económica de la máxima casa de estudios, el año pasado el ex Rector Piña Gutiérrez solicitó la cantidad de seiscientos millones de pesos para salir del problema financiero, entonces como entender que tu amigo el gobernador te mande a un cargo en el cual te va a dejar solo y sin posibilidad de apoyo financiero.

Por otro lado, si hay hallazgos de anomalías e irregularidades, así como indicios de corrupción de la anterior administración, no se hayan generado los inicios de investigaciones e interpuesto las denuncias administrativas, civiles o penales correspondientes. ¿Qué pasa entonces?

En la entrevista radiofónica en la que participa el Rector, menciona que la universidad recibe entre recursos federales y locales un presupuesto de 2,300 millones de pesos y que tiene considerado un déficit de 800 millones de pesos, más el incremento presupuestal de este año 2020, ante esto presenta un desplegado de acciones ante de austeridad como administrativas, aquí entran los gastos adicionales, bonos y otros gastos que según comentan eran excesivos, también los de índole académico, como la regulación y supervisión de las cargas académicas, eliminación de viáticos y un tabulador de sueldos que le permitirán un ahorro entre 300 y 400 millones según explica; lo cual me parece loable, sin embargo quienes tuvimos la oportunidad de ver la mencionada entrevista hemos visto a un rector cabizbajo que señala porque no le queda de otra, no hay un convencimiento, hace falta la energía y las acciones contundentes.

Ante el cuestionamiento de si hay corrupción, primero le da vueltas al asunto y al final acepta el hecho, su imagen corporal denota que es algo que no quisiera hacer, al final las cartas están echadas, el ya hizo su planteamiento, la otra, la de los recursos faltantes para pagar aguinaldos y prestaciones les ha propuesto a los sindicatos que ellos y sus agremiados la apechuguen. El desenlace en el mes de diciembre.

En palabras de la filosofa italiana Gabriella Giudici, lo define así: “un País que destruye la escuela pública no lo hace por dinero, porque falten recursos o porque sea excesivo. Un país desmonta la educación, las artes y la cultura, cuando este ya está gobernado por aquellos que sólo tienen algo que perder con la difusión del saber”.

Resulta inverosímil que no haya dinero para las universidades, pero sí para el programa jóvenes construyendo el futuro, que según informes de la STPS alcanzó un total de 900 mil becarios, con un comportamiento atípico y que no puede ser verificable debido a que no existe un padrón público, con inconsistencias en los denominados centros de trabajo y con becarios no localizados en los mismos.

No hay dinero para universidades, pero sí para comprar estadios de béisbol y para crear nuevas universidades “patito” que sólo buscan ser recintos de adoctrinamiento político y mermar la libertad de cátedra.

En Tabasco se han desaparecido organismos e instituciones, se han eliminado programas sociales, sin embargo, poco se conoce de los supuestos ahorros y su destino, así como de los programas de austeridad. Todo indica que lo que el gobierno hace es una simulación distractora con el discurso de la pobreza franciscana, mientras los funcionarios cercanos al gobernador como Carlos Iñiguez y Malu Somellera, cobran sueldos exorbitantes que rebasan incluso lo que gana el ejecutivo estatal y el Presidente de la República. Por otro lado se han gastado millones de pesos para sostener al equipo de los Olmecas de Tabasco en una temporada infértil.

No se entiende por qué mandaron a Guillermo Narváez Osorio como Rector de la UJAT, teniendo pleno conocimiento de la situación económica de la máxima casa de estudios, el año pasado el ex Rector Piña Gutiérrez solicitó la cantidad de seiscientos millones de pesos para salir del problema financiero, entonces como entender que tu amigo el gobernador te mande a un cargo en el cual te va a dejar solo y sin posibilidad de apoyo financiero.

Por otro lado, si hay hallazgos de anomalías e irregularidades, así como indicios de corrupción de la anterior administración, no se hayan generado los inicios de investigaciones e interpuesto las denuncias administrativas, civiles o penales correspondientes. ¿Qué pasa entonces?

En la entrevista radiofónica en la que participa el Rector, menciona que la universidad recibe entre recursos federales y locales un presupuesto de 2,300 millones de pesos y que tiene considerado un déficit de 800 millones de pesos, más el incremento presupuestal de este año 2020, ante esto presenta un desplegado de acciones ante de austeridad como administrativas, aquí entran los gastos adicionales, bonos y otros gastos que según comentan eran excesivos, también los de índole académico, como la regulación y supervisión de las cargas académicas, eliminación de viáticos y un tabulador de sueldos que le permitirán un ahorro entre 300 y 400 millones según explica; lo cual me parece loable, sin embargo quienes tuvimos la oportunidad de ver la mencionada entrevista hemos visto a un rector cabizbajo que señala porque no le queda de otra, no hay un convencimiento, hace falta la energía y las acciones contundentes.

Ante el cuestionamiento de si hay corrupción, primero le da vueltas al asunto y al final acepta el hecho, su imagen corporal denota que es algo que no quisiera hacer, al final las cartas están echadas, el ya hizo su planteamiento, la otra, la de los recursos faltantes para pagar aguinaldos y prestaciones les ha propuesto a los sindicatos que ellos y sus agremiados la apechuguen. El desenlace en el mes de diciembre.