El 8 de septiembre, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó, ante el Congreso de la Unión, el paquete económico para el 2021, incluyendo una iniciativa de Reforma Fiscal.
El paquete económico 2021 utiliza para las proyecciones de finanzas públicas del siguiente año, una tasa de crecimiento del PIB del 4.6 % -luego de contraerse más del 18% en el segundo trimestre de 2020-, algo que se ve complicado a pesar de la estimación oficial que es muy optimista, para el financiamiento de todas la áreas, programas y responsabilidades que tiene el sector público, frente al escenario para los próximos años.
A los estados y municipios se les complica contar con más recursos. Con el actual esquema del pacto fiscal en México, corresponde solo 5 centavos a municipios y 10 centavos a los estados, por cada peso que aporta a la Federación. Por lo que es necesario una contrapropuesta de presupuesto para 2021, que disminuya el impacto negativo en las finanzas estatales.
Por ejemplo, Tabasco perdería 2 mil millones de pesos en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021, entre aportaciones, participaciones y subsidios, que representan 90% de los ingresos estatales.
Este año en el Ramo 33 Aportaciones Federales por Entidad Federativa a Tabasco le fue autorizado 16 mil 547 millones 600 mil pesos y para el 2021 se proyecta un recorte de 12.2% es decir, mil 521 millones 400 mil pesos, por lo que la entidad solo alcanzaría 15 mil 26 millones 200 mil pesos.
A ver si cumplen en el proceso legislativo, los diputados federales tabasqueños con el pueblo de Tabasco, porque deben de buscar alternativas para aumentar la bolsa participable y que el estado, si no gana, que no le quiten lo que ya se tenía en este año.
Tabasco más que asistencialismo centralista requiere infraestructura, resolver los problemas de desempleo, informalidad, precariedad laboral, salud, movilidad y sustentabilidad. Sin estrategia para la recuperación económica, la crisis se profundizará.
Ante la realidad que se vive en México y en plena pandemia del COVID19, los gobiernos deben eficientar el gasto. Por ejemplo, en el paquete económico 2021 se prevé una disminución en 11% del presupuesto del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) –el más bajo desde 2014 en su programa antecedente el Seguro Popular-, cuando paradójicamente debería ser importante incrementar el presupuesto en los todos los sistemas de salud para reducir la brecha de desigualdad.
¿Se imaginan la carga financiera mayor? Toda esa gente que estaba con seguridad social en el IMSS, en el ISSSTE o en PEMEX, y se han quedado sin trabajo formal por la situación económica están pasándose al INSABI.
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