/ martes 8 de octubre de 2019

Asesor Jurídico | Educación en México

El presidente de la República plantea modificaciones a la Ley de Educación Superior para eliminar el examen de admisión a bachillerato y universidades. ¿Es viable suprimir exámenes de admisión a instituciones de educación media y superior?

Soy maestro en Derecho y profesor universitario, y si con filtros interactúo con abogados del copy paste que dejan mucho que desear, no quiero imaginarme sin examen de admisión; qué tipo de profesionistas tendríamos.

La competencia es lo que nos hace mejores y la mejor inversión que se puede hacer es en conocimientos y educación. Imponer que se supriman exámenes de admisión a universidades públicas es demagogia, sería mala noticia para la educación de los mexicanos. Todos tenemos derecho a la educación, no obstante, hay a quienes se les olvida que los grados de licenciatura, maestría y doctorado, no son un derecho como tal, es una recompensa por los conocimientos y el esfuerzo individual.

Hay que mejorar sustancialmente la preparación universitaria. No basta con obtener un título, se necesita preparación profesional de verdad. Sin el examen de admisión tendríamos ingenieros a los que se les caigan las construcciones y médicos a los que se les mueran los pacientes. Malos y mediocres profesionales, con un pueblo pagando su educación y sufriendo su incompetencia. Les recuerdo que tenemos limitaciones en capacidad educativa y los exámenes son filtros para que los más aptos puedan aprovechar la educación.

La calidad de la educación es pésima, llevamos décadas estancados y sin perspectiva de mejora. Podríamos hacer mucho en materia educativa para ofrecerles un futuro mejor a nuestros niños y jóvenes, pero el debate nacional se centra en reformas educativas que privilegian intereses sindicales, heredar plazas magisteriales, no evaluar a maestros y que las universidades admitan a todo el que quiera entrar sin aplicarles examen de admisión y sin importar las calificaciones que tengan.

Sorprende el nivel de subdesarrollo en el que se pretende instalar a México. En el debate público está ausente el uso de nuevas tecnologías en el aula, cómo formar a alumnos con espíritu emprendedor, cómo mejorar los hábitos de lectura de los jóvenes y prepararlos para un mercado laboral cada vez más exigente.

Denme una razón por la cual, es buena idea eliminar el examen de admisión de una preparatoria o universidad. Además, gravísima es la tentación de quienes impulsan estas reformas, que no se respete las medidas institucionales para el ingreso y la autonomía universitaria.

México apenas invierte 0.4% del PIB en educación y el presupuesto en ciencia y tecnología se ha desplomado. No hay una óptima distribución de los recursos públicos en educación; el 85% de lo que invierte se va al pago de nóminas de maestros y en subejercicio o sobregasto.

Países que hace 30 años eran pobres y que hoy son potencia mundial, como Singapur, la India o Corea del Sur, han descubierto que invertir en educación es más rentable. Por ejemplo, Singapur invierte el 3.02% del PIB, la India 3.67% y Corea del Sur 3.78%.

Hay que invertir pronto para elevar la calidad educativa o pagaremos el precio de una generación de niños y jóvenes, condenados a crecer sin los conocimientos y habilidades que necesitan para alcanzar su potencial. La pobreza del pasado no puede ser la miseria del futuro y la cultura del mínimo esfuerzo es la mentalidad que frena el desarrollo.


Email: memo.arias.tabasco@gmail.com

Twitter: @memo_arias_

El presidente de la República plantea modificaciones a la Ley de Educación Superior para eliminar el examen de admisión a bachillerato y universidades. ¿Es viable suprimir exámenes de admisión a instituciones de educación media y superior?

Soy maestro en Derecho y profesor universitario, y si con filtros interactúo con abogados del copy paste que dejan mucho que desear, no quiero imaginarme sin examen de admisión; qué tipo de profesionistas tendríamos.

La competencia es lo que nos hace mejores y la mejor inversión que se puede hacer es en conocimientos y educación. Imponer que se supriman exámenes de admisión a universidades públicas es demagogia, sería mala noticia para la educación de los mexicanos. Todos tenemos derecho a la educación, no obstante, hay a quienes se les olvida que los grados de licenciatura, maestría y doctorado, no son un derecho como tal, es una recompensa por los conocimientos y el esfuerzo individual.

Hay que mejorar sustancialmente la preparación universitaria. No basta con obtener un título, se necesita preparación profesional de verdad. Sin el examen de admisión tendríamos ingenieros a los que se les caigan las construcciones y médicos a los que se les mueran los pacientes. Malos y mediocres profesionales, con un pueblo pagando su educación y sufriendo su incompetencia. Les recuerdo que tenemos limitaciones en capacidad educativa y los exámenes son filtros para que los más aptos puedan aprovechar la educación.

La calidad de la educación es pésima, llevamos décadas estancados y sin perspectiva de mejora. Podríamos hacer mucho en materia educativa para ofrecerles un futuro mejor a nuestros niños y jóvenes, pero el debate nacional se centra en reformas educativas que privilegian intereses sindicales, heredar plazas magisteriales, no evaluar a maestros y que las universidades admitan a todo el que quiera entrar sin aplicarles examen de admisión y sin importar las calificaciones que tengan.

Sorprende el nivel de subdesarrollo en el que se pretende instalar a México. En el debate público está ausente el uso de nuevas tecnologías en el aula, cómo formar a alumnos con espíritu emprendedor, cómo mejorar los hábitos de lectura de los jóvenes y prepararlos para un mercado laboral cada vez más exigente.

Denme una razón por la cual, es buena idea eliminar el examen de admisión de una preparatoria o universidad. Además, gravísima es la tentación de quienes impulsan estas reformas, que no se respete las medidas institucionales para el ingreso y la autonomía universitaria.

México apenas invierte 0.4% del PIB en educación y el presupuesto en ciencia y tecnología se ha desplomado. No hay una óptima distribución de los recursos públicos en educación; el 85% de lo que invierte se va al pago de nóminas de maestros y en subejercicio o sobregasto.

Países que hace 30 años eran pobres y que hoy son potencia mundial, como Singapur, la India o Corea del Sur, han descubierto que invertir en educación es más rentable. Por ejemplo, Singapur invierte el 3.02% del PIB, la India 3.67% y Corea del Sur 3.78%.

Hay que invertir pronto para elevar la calidad educativa o pagaremos el precio de una generación de niños y jóvenes, condenados a crecer sin los conocimientos y habilidades que necesitan para alcanzar su potencial. La pobreza del pasado no puede ser la miseria del futuro y la cultura del mínimo esfuerzo es la mentalidad que frena el desarrollo.


Email: memo.arias.tabasco@gmail.com

Twitter: @memo_arias_