Como perros callejeros, la pelea para definir al posible sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, revivirá la lucha de "corrientes" en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), un partido político que, desde que se fundó, ha ido de conflicto en conflicto, ya sea por la dirigencia o por las candidaturas a puestos de elección popular, que incluso han derivado en acusaciones de fraude, imposición y renuncias a la militancia.
Durante el proceso electoral de 2020-2021, MORENA se convirtió en el partido más impugnado y en su mayoría fue por recursos interpuestos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de los propios militantes. De los 5,755 recursos que llegaron al órgano electoral, ese partido recibió el 83% de las impugnaciones.
En el reciente proceso electoral 2022, aspirantes volvieron a reclamar una presunta manipulación de las encuestas por parte de la dirigencia del partido MORENA que encabeza Mario Delgado Carrillo, asegurando que la dirigencia nacional impuso a la mayoría sin tomar en cuenta a la militancia, manoseando los procesos internos de selección como en Durango y Oaxaca.
Muchos se preguntan, ¿quién será el candidato que garantice la continuidad de la autodenominada Cuarta Transformación?
MORENA apuesta a encuestas opacas y cuestionadas para definir sus candidaturas y es que, los Estatutos de este partido señalan que la encuesta es solo uno de varios métodos de selección de candidaturas –otros son la insaculación mediante sorteo y la elección en asambleas por voto mayoritario–, pero la dirigencia del partido ha optado por ese instrumento prácticamente como medio único para la designación de candidaturas y su dirigencia nacional ha definido que la encuesta será el método de selección de su candidatura presidencial para 2024, a pesar que en anteriores procesos de elección ha generado incertidumbre e incluso acusaciones de manipulación por parte de militantes.
Si bien es cierto, en MORENA nada está institucionalizado y hay muchos intereses, es el partido de López Obrador y ha sido con su anuencia, la abierta campaña en la cual ya están desatados sus aspirantes a ser candidatos presidenciales, anticipándose a otros partidos políticos. En política el tiempo es lo que manda y el presidente entiende la importancia de arrancar con ventaja una carrera que puede dar un margen decisivo frente a sus adversarios en 2024.
Como en los viejos tiempos antes de la alternancia democrática en México, cuando la verdadera carrera presidencial no ocurría entre partidos políticos, sino entre los prospectos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy se da con los tapados de MORENA.
Quizá por eso, el propio López Obrador puso sobre la mesa las posibles opciones para sucederlo a partir de noviembre de 2024 como Marcelo Ebrard (secretario de Relaciones Exteriores), Claudia Sheinbaum (jefa de Gobierno de la Ciudad de México) y Adán Augusto López Hernández (secretario de Gobernación).
Las peleas en MORENA llevan un rato, obviamente por debajo de la mesa, como ejemplo, Ricardo Monreal, senador de MORENA, quien ha confirmado su intención de buscar la candidatura a la Presidencia de la República.
¿Cuál de ellos será el mejor perfil para ser la candidata o candidato, y también el más idóneo para continuar con el gobierno y proyecto de nación de López Obrador?
Aún faltan 23 meses para la jornada electoral de junio de 2024 y la carrera presidencial apenas inicia y también las confrontaciones entre morenistas; al viejo estilo del PRI se impondrá el dedazo en la candidatura presidencial.
¿Qué otra forma de decidir candidato habría en MORENA? Si por principio de cuentas, el dedazo ha sido la regla electoral en la que este partido ha decidido y designado sus candidatas y candidatos para los cargos de elección popular. Además, en un régimen de partido hegemónico, el presidente tiene el suficiente poder para designar a su sucesor.
El Grupo Tabasco, apostará con todo por Adán Augusto López Hernández como candidato presidencial de MORENA en 2024, pero recuerden que la pelea por la sucesión presidencial revivirá la lucha de "corrientes" en este partido. No obstante, el presidente ponderará en todo caso, quien sea postulado a la candidatura, tenga mayor legitimidad, menos cola que le pisen y capacidad de interlocución en lo interno y en el exterior. Para resumir, Marcelo Ebrard, eficaz y discreto, se ha vuelto indispensable en la relación con el gobierno de Estados Unidos.
En el caso de la oposición, Dante Delgado aseguró que Movimiento Ciudadano (MC) irá solo para las elecciones presidenciales de 2024 y no irá en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero no descarta la opción de que la coalición Va por México se sume a la propuesta y candidata o candidato del partido naranja para las elecciones presidenciales. Este es un mensaje a Marcelo Ebrard, para abanderar las causas de una coalición multipartidista y hacer frente a MORENA en las elecciones de 2024, en caso que no resulte favorecido en la designación por este partido.
Los procesos de selección de candidatos no dejan contentos a todos por su naturaleza misma, pero, en la medida en que el proceso de selección se haga con reglas claras, contemplando el mayor número de escenarios, que los datos se puedan replicar y que se pueda validar la calidad del ejercicio, quizá funcione, aunque MORENA, sistemáticamente ha clasificado como reservada la información metodológica de sus encuestas y recientemente decidió ocultar los contratos que suscribió el año pasado con casas encuestadoras.
El actual secretario de Relaciones Exteriores –por mucho es el integrante del gabinete más competente y el aspirante más rentable- y quien seguramente, no detendrá su pretensión, como lo hizo una vez a favor de López Obrador en el 2000, para derrotar al PRI para Jefe de Gobierno del Distrito Federal y en 2012 para definir el candidato a la presidencia del PRD. La alianza de ambos se remonta desde el año 2000 y en el siempre implacable e impredecible mundo de la política nada es casualidad.
Las dos principales corrientes de MORENA en Tabasco están enfrascadas y hay quienes buscan dar “madruguete” con el principio de la paridad de género, descartando así la posibilidad de que sea ungido Octavio Romero Oropeza y Javier May Hernández, abriendo la posibilidad a la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna Huerta, a la Senadora Mónica Fernández Balboa y la directora de Auditoría del Servicio de Administración Tributaria, Rosalinda López Hernández. Sin embargo, habrá que esperar los criterios de paridad para gubernaturas en 2024, que apruebe el Instituto Nacional Electoral (INE) y recordemos que hay sentencias de la Sala Superior del TEPJF que ha fijado que los partidos políticos hagan reformas en lineamientos y reglamentos, a efecto de cumplir con la paridad en gubernaturas.
La lucha por la gubernatura de Tabasco desatará peleas al interior de MORENA, pero quién aspire a ser la candidata o candidato de este partido, deberá recibir el apoyo del Grupo Tabasco, sin embargo, no ve liderazgo político entre los posibles aspirantes, con excepción de Raúl Ojeda Zubieta.
En el caso de la oposición, es evidente el fracaso de una coalición, ante tantos intereses. Además, el PRI se ha convertido en un grave lastre para una alianza opositora, pues registra los negativos más altos en todas las encuestas en lo nacional y local.
No obstante, hay otros personajes de la vida política de Tabasco que aspiran por la candidatura al gobierno de la entidad, como el priísta Ignacio Lastra Marín, un destacado empresario, a quien no favoreció la decisión cupular de selección del PRI en 2018, que finalmente se inclinó por Georgina Trujillo Zentella. Al final, Lastra Marín se convirtió en constructor de redes y alianzas ciudadanas con otros partidos políticos y grupos empresariales, es un personaje cercano a la gente y a la dirigencia nacional de MC; no lo descarten con posibilidades de ser elegido como candidato de este partido, en una coalición multipartidista en las elecciones de 2024.
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