/ lunes 22 de julio de 2019

Agua, el alza que viene

Las señales están ahí, a veces con tremendismo, pero también con dosis de verdad. El incremento al costo por consumo de agua potable en Villahermosa –habrá que ver si se suma el estado en los municipios que le toca hacerlo a través del CEAS- se antoja inevitable.

El alcalde, Evaristo Hernández Cruz, lo anticipó hace meses y a punto estuvo de prosperar con mayor rapidez su proyecto de concesionar el servicio de agua potable a particulares, pero desde Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador le dio reversa, junto con el también polémico cambio de sede de Palacio Municipal.

El tema resurgió con la protesta de un grupo de delegados municipales que acusaron presiones del alcalde para promover y avalar el alza a la tarifa de agua entre sus vecinos a cambio de pagarles más; vino la respuesta del ayuntamiento con una súbita reunión con otros delegados para básicamente contradecir a los primeros.

A raíz de esa controversia por la tarifa, el vocero del Ayuntamiento de Centro, Juan Carlos Castillejos, volvió a ponerle número al incremento al recordar que el alcalde planteó que sea de entre 2.26 a 2.50 pesos por metro cúbico.

Se argumenta por parte del municipio que el costo del metro cúbico es de 85 centavos. Pero ese costo no es real si nos atenemos a lo que se cobra en cada recibo.

Los medidores de agua en las casas son cosa del pasado. La mayoría se los han robado o ya no funcionan hace años. Es común ver conexiones directas de la toma externa a las casas con tubería de PVC, pues las de cobre las roban.

Aún con eso, en los recibos se marca una “lectura” de consumo que más bien es un cálculo con cuota fija. En algunos casos en los recibos se marcan consumos domésticos de 50 o de 70 metros cúbicos bimestrales, con cobros de 83 o de 99 pesos, respectivamente.

Así que el cobro actual por metro cúbico no es de 85 centavos sino de 1.50 pesos en promedio.

También hay argumentos que se salen de la realidad. Por ejemplo que el alcalde afirme que una persona en Villahermosa usa 620 litros al día.

Es como si cada uno gastara más de un tinaco de 450 litros de capacidad cada 24 horas. Pero es parte de las exageraciones en el discurso como sustento para el incremento a las tarifas.

Falta conocer cuál será la propuesta final del municipio que, de acuerdo a Castillejos, les han presentado cuatro empresas para una posible concesión del servicio.

Habrá que analizar cuáles son las razones técnicas para dar ese paso y hacer viable el suministro de agua de calidad constante y el mejor aprovechamiento de un recurso cada vez más escaso en varias zonas del planeta, agravado por el cambio climático.

Cuestión de recordar lo ocurrido en las inundaciones de 2007 cuando la tarea inmediata fue dotar de agua a la gente y evitar un estallido, no solo social, sino de enfermedades. De ahí no solo la importancia de limitarse al tema tarifario, sino sobre todo de disponibilidad como un asunto de seguridad.

Por lo pronto, las que sí han estallado son las redes sociales en contra de la intención del incremento, pues a nadie le gusta ver tocado su bolsillo.

Veremos si las autoridades podrán llegar a un punto medio, pues el tema también pasa por los altos porcentajes de falta de pago y la imposibilidad de, por un derecho humano y el cuidado sanitario, cortar los suministros como consecuencia.


Las señales están ahí, a veces con tremendismo, pero también con dosis de verdad. El incremento al costo por consumo de agua potable en Villahermosa –habrá que ver si se suma el estado en los municipios que le toca hacerlo a través del CEAS- se antoja inevitable.

El alcalde, Evaristo Hernández Cruz, lo anticipó hace meses y a punto estuvo de prosperar con mayor rapidez su proyecto de concesionar el servicio de agua potable a particulares, pero desde Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador le dio reversa, junto con el también polémico cambio de sede de Palacio Municipal.

El tema resurgió con la protesta de un grupo de delegados municipales que acusaron presiones del alcalde para promover y avalar el alza a la tarifa de agua entre sus vecinos a cambio de pagarles más; vino la respuesta del ayuntamiento con una súbita reunión con otros delegados para básicamente contradecir a los primeros.

A raíz de esa controversia por la tarifa, el vocero del Ayuntamiento de Centro, Juan Carlos Castillejos, volvió a ponerle número al incremento al recordar que el alcalde planteó que sea de entre 2.26 a 2.50 pesos por metro cúbico.

Se argumenta por parte del municipio que el costo del metro cúbico es de 85 centavos. Pero ese costo no es real si nos atenemos a lo que se cobra en cada recibo.

Los medidores de agua en las casas son cosa del pasado. La mayoría se los han robado o ya no funcionan hace años. Es común ver conexiones directas de la toma externa a las casas con tubería de PVC, pues las de cobre las roban.

Aún con eso, en los recibos se marca una “lectura” de consumo que más bien es un cálculo con cuota fija. En algunos casos en los recibos se marcan consumos domésticos de 50 o de 70 metros cúbicos bimestrales, con cobros de 83 o de 99 pesos, respectivamente.

Así que el cobro actual por metro cúbico no es de 85 centavos sino de 1.50 pesos en promedio.

También hay argumentos que se salen de la realidad. Por ejemplo que el alcalde afirme que una persona en Villahermosa usa 620 litros al día.

Es como si cada uno gastara más de un tinaco de 450 litros de capacidad cada 24 horas. Pero es parte de las exageraciones en el discurso como sustento para el incremento a las tarifas.

Falta conocer cuál será la propuesta final del municipio que, de acuerdo a Castillejos, les han presentado cuatro empresas para una posible concesión del servicio.

Habrá que analizar cuáles son las razones técnicas para dar ese paso y hacer viable el suministro de agua de calidad constante y el mejor aprovechamiento de un recurso cada vez más escaso en varias zonas del planeta, agravado por el cambio climático.

Cuestión de recordar lo ocurrido en las inundaciones de 2007 cuando la tarea inmediata fue dotar de agua a la gente y evitar un estallido, no solo social, sino de enfermedades. De ahí no solo la importancia de limitarse al tema tarifario, sino sobre todo de disponibilidad como un asunto de seguridad.

Por lo pronto, las que sí han estallado son las redes sociales en contra de la intención del incremento, pues a nadie le gusta ver tocado su bolsillo.

Veremos si las autoridades podrán llegar a un punto medio, pues el tema también pasa por los altos porcentajes de falta de pago y la imposibilidad de, por un derecho humano y el cuidado sanitario, cortar los suministros como consecuencia.