/ sábado 29 de junio de 2019

Adán al rescate de pescadores

Al inicio de esta semana Segundo López Pérez, presidente de la Cooperativa Acuícola y Turística “El Bellote”, de Paraíso, Tabasco, se quejó de la crítica situación en la que se encuentra este sector en el estado, debido a que los apoyos y proyectos productivos requeridos no les habían llegado, y, este jueves el gobernador Adán Augusto López Hernández respondió con la entrega de motores fuera de borda y redes para pescar.

Sin embargo, las artes de pesca no sirven de mucho si los pescadores no cuentan con los permisos correspondientes para realizar sus actividades en altamar, pues hay zonas restringidas en las inmediaciones de las plataformas y centros de producción petrolera.

El jefe del Ejecutivo tabasqueño, entonces, señaló que los apoyos superan los nueve millones de pesos, y, además, “están muy avanzados los trabajos para que consigamos, entre todos, que se levante la restricción de pesca en lo que se conoce como zona de protección aledaña a las plataformas y centros de producción petrolera, lo que nos ayudará a incrementar la producción pesquera”, explicó.

López Hernández conoce el problema de los campesinos dedicados a la actividad desde hace muchos años, y sabe que no solamente se debe rescatar la pesca ribereña y de altamar, sino también se debe fortalecer la ostricultura por considerarse un sector con mucho futuro, al que durante su gobierno se le transfundirán recursos que permitan la recuperación de granjas y laboratorios de producción.

El abandono de los pescadores data de hace 30 años, razón por la cual muchos se han declarado en quiebra. Necesitan, con urgencia, la modernización y equipamiento de sus embarcaciones para que puedan incrementar la producción y, con ello, suplir en gran medida la necesidad alimentaria del estado y del país, que implica la importación de productos.

Uno de los problemas tradicionales en la entidad es la contaminación de Pemex y el incumplimiento de pagos de indemnizaciones a productores de especies de escama y ostiones, por derrames de combustible en diferentes mantos lagunares, ríos y bancos ostrícolas, ubicados principalmente en el municipio de Paraíso.

Viertas de crudo han afectado severamente, por ejemplo, a quienes viven de la pesca en la laguna Mecoacán, Río Seco y Chenake, ya sea por la cercanía de los pozos o bien porque se rompen las tuberías y contaminan con petróleo y aceite la zona.

Por eso se requiere un proyecto de apoyo muy bien planeado para toda esa zona, pues con la llegada de la refinería (si es que algún día se concluye) la contaminación continuará y el impacto ambiental será muy fuerte.

En este momento, por ejemplo, hay muchos habitantes de Paraíso que se quejan porque simplemente no ven el beneficio de la obra.

Los hoteleros no tienen la ocupación esperada, el comercio no repunta, las plazas laborales brillan por su ausencia y los únicos, quizá, que ingresan finanzas a sus bolsillos, son los taqueros que expenden sus productos a quienes trabajan en el relleno de la superficie en la que se construirá.

Las uniones de volqueteros tienen un beneficio porque han contratado los viajes de tierra, grava y arena para depositarlos en el terreno, pero los empresarios del lugar es muy probable que en breve, al igual que los pescadores, se empiecen a quejar pues hasta ahora solo la constructora a cargo del relleno del terreno es la que se embolsa varios millones de pesos mientras los demás solo la ven pasar

Al inicio de esta semana Segundo López Pérez, presidente de la Cooperativa Acuícola y Turística “El Bellote”, de Paraíso, Tabasco, se quejó de la crítica situación en la que se encuentra este sector en el estado, debido a que los apoyos y proyectos productivos requeridos no les habían llegado, y, este jueves el gobernador Adán Augusto López Hernández respondió con la entrega de motores fuera de borda y redes para pescar.

Sin embargo, las artes de pesca no sirven de mucho si los pescadores no cuentan con los permisos correspondientes para realizar sus actividades en altamar, pues hay zonas restringidas en las inmediaciones de las plataformas y centros de producción petrolera.

El jefe del Ejecutivo tabasqueño, entonces, señaló que los apoyos superan los nueve millones de pesos, y, además, “están muy avanzados los trabajos para que consigamos, entre todos, que se levante la restricción de pesca en lo que se conoce como zona de protección aledaña a las plataformas y centros de producción petrolera, lo que nos ayudará a incrementar la producción pesquera”, explicó.

López Hernández conoce el problema de los campesinos dedicados a la actividad desde hace muchos años, y sabe que no solamente se debe rescatar la pesca ribereña y de altamar, sino también se debe fortalecer la ostricultura por considerarse un sector con mucho futuro, al que durante su gobierno se le transfundirán recursos que permitan la recuperación de granjas y laboratorios de producción.

El abandono de los pescadores data de hace 30 años, razón por la cual muchos se han declarado en quiebra. Necesitan, con urgencia, la modernización y equipamiento de sus embarcaciones para que puedan incrementar la producción y, con ello, suplir en gran medida la necesidad alimentaria del estado y del país, que implica la importación de productos.

Uno de los problemas tradicionales en la entidad es la contaminación de Pemex y el incumplimiento de pagos de indemnizaciones a productores de especies de escama y ostiones, por derrames de combustible en diferentes mantos lagunares, ríos y bancos ostrícolas, ubicados principalmente en el municipio de Paraíso.

Viertas de crudo han afectado severamente, por ejemplo, a quienes viven de la pesca en la laguna Mecoacán, Río Seco y Chenake, ya sea por la cercanía de los pozos o bien porque se rompen las tuberías y contaminan con petróleo y aceite la zona.

Por eso se requiere un proyecto de apoyo muy bien planeado para toda esa zona, pues con la llegada de la refinería (si es que algún día se concluye) la contaminación continuará y el impacto ambiental será muy fuerte.

En este momento, por ejemplo, hay muchos habitantes de Paraíso que se quejan porque simplemente no ven el beneficio de la obra.

Los hoteleros no tienen la ocupación esperada, el comercio no repunta, las plazas laborales brillan por su ausencia y los únicos, quizá, que ingresan finanzas a sus bolsillos, son los taqueros que expenden sus productos a quienes trabajan en el relleno de la superficie en la que se construirá.

Las uniones de volqueteros tienen un beneficio porque han contratado los viajes de tierra, grava y arena para depositarlos en el terreno, pero los empresarios del lugar es muy probable que en breve, al igual que los pescadores, se empiecen a quejar pues hasta ahora solo la constructora a cargo del relleno del terreno es la que se embolsa varios millones de pesos mientras los demás solo la ven pasar