/ lunes 14 de enero de 2019

Aciertos y desaciertos

Designaciones como la de Enrique Priego Oropeza, Jaime Humberto Lastra Bastar, Marcos Rosendo Medina Filigrana, Mario Rafael Llergo Latournerie, Guillermo Narváez Osorio y José Antonio de la Vega Asmitia están fuera de discusión.

Son inobjetables.

En cambio, la de Egla Cornelio Landero en Movilidad (antes Comunicaciones y Transportes), Alberto Aguirre Carbajal en Seguridad Pública, Luis Romeo Gurría Gurría en Ordenamiento Territorial y Obras Públicas, Oscar Trinidad Palomera Cano en Administración e Innovación Gubernamental dejan muchísimo que desear.

Las que más han generado ruido son las de Cornelio Landero y Alberto Aguirre Carbajal, capitalmente, la del ex secretario “núñista”, que como titular de Seguridad Pública no entregó los resultados requeridos.

No pudo con el paquete, falló.

Su nombramiento todo un enigma. Nadie le encuentra la cuadratura a esa encomienda, que para el grueso de la población no tenía que darse.

La otra designación que ha levantado ámpula es la de la abogada Egla Cornelio Landero. No solo porque es una de las secretarías más problemática y compleja, sino porque ahí la situación está que arde.

Hay que recordar que, con el diputado del PRD, Agustín Silva Vidal, el transporte público se convirtió en un caos.

Al menos, claro está, que la hayan metido para armar bien las demandas legales que se está preparando en contra de su antecesor.

El de Romeo Gurría Gurría en SOTOP tampoco gustó, pues nadie se explica qué hace en esa dependencia que ha venido de más a menos, y que está dedicada a hacer obras.

Habiendo tantos profesionales de la construcción.

Y si estos nombramientos han provocado inconformidad, el de Jaime Antonio Farías Mora en la secretaría de la Función Pública está tantito peor.

Sin experiencia alguna.

Como también es el caso de la coordinadora Estatal del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF-Tabasco), Celia Margarita Bosh Muñoz. Gente muy cercana a Martha Lilia López Aguilera.

Y a quien responsabilizan y culpan del saqueo al erario.

Ojalá y no ocurra con estos funcionarios lo que pasó en el sexenio de Arturo Núñez Jiménez en donde los improvisados jugaron un papel relevante en el desastre que dejó.

Si Adán Augusto López Hernández no quiere terminar como el ex gobernador que no haga lo que aquel hizo.

Qué recuerde: que comenzó mal y terminó mal.

Y uno de sus esenciales errores fue nombrar en su gabinete a gente que practicó el gatopardismo.

A personajes políticos que cambiaron todo para que nada cambiara, pues.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La delincuencia a todo lo que da, desatada.

Robos, secuestros, ejecuciones, asaltados y heridos se han convertido en el pan de cada día.

Y sobre todo los fines de semana, y más si es quincena.

La policía continúa sin poder hacer nada.

Se necesitan más rondines por las noches, y principalmente, en las colonias populosas. En las que pasada las 19:00 horas, ya no se puede ir ni a comprar el pan o a la tienda por blanquillos, ante el evidente temor de que lo asalten.

Si le va bien, ya que corre el riesgo de ser picado por puro gusto.

El tema de la inseguridad pública, no tiene para cuando acabarse, al contrario, está sigue incrementándose por todos lados y a todas horas.

La situación es ya realmente preocupante, alarmante, desesperante. De nervios.

Ya no se puede andar con la guardia baja en ningún lado, pero en ninguna parte.

Ya nada es seguro.

Ni en la puerta de su casa está uno ya tranquilo.

A ver si no nos salen con el cuento, de que es “pura percepción”, tal y como lo hacía el “innombrable” ex mandatario.

Designaciones como la de Enrique Priego Oropeza, Jaime Humberto Lastra Bastar, Marcos Rosendo Medina Filigrana, Mario Rafael Llergo Latournerie, Guillermo Narváez Osorio y José Antonio de la Vega Asmitia están fuera de discusión.

Son inobjetables.

En cambio, la de Egla Cornelio Landero en Movilidad (antes Comunicaciones y Transportes), Alberto Aguirre Carbajal en Seguridad Pública, Luis Romeo Gurría Gurría en Ordenamiento Territorial y Obras Públicas, Oscar Trinidad Palomera Cano en Administración e Innovación Gubernamental dejan muchísimo que desear.

Las que más han generado ruido son las de Cornelio Landero y Alberto Aguirre Carbajal, capitalmente, la del ex secretario “núñista”, que como titular de Seguridad Pública no entregó los resultados requeridos.

No pudo con el paquete, falló.

Su nombramiento todo un enigma. Nadie le encuentra la cuadratura a esa encomienda, que para el grueso de la población no tenía que darse.

La otra designación que ha levantado ámpula es la de la abogada Egla Cornelio Landero. No solo porque es una de las secretarías más problemática y compleja, sino porque ahí la situación está que arde.

Hay que recordar que, con el diputado del PRD, Agustín Silva Vidal, el transporte público se convirtió en un caos.

Al menos, claro está, que la hayan metido para armar bien las demandas legales que se está preparando en contra de su antecesor.

El de Romeo Gurría Gurría en SOTOP tampoco gustó, pues nadie se explica qué hace en esa dependencia que ha venido de más a menos, y que está dedicada a hacer obras.

Habiendo tantos profesionales de la construcción.

Y si estos nombramientos han provocado inconformidad, el de Jaime Antonio Farías Mora en la secretaría de la Función Pública está tantito peor.

Sin experiencia alguna.

Como también es el caso de la coordinadora Estatal del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF-Tabasco), Celia Margarita Bosh Muñoz. Gente muy cercana a Martha Lilia López Aguilera.

Y a quien responsabilizan y culpan del saqueo al erario.

Ojalá y no ocurra con estos funcionarios lo que pasó en el sexenio de Arturo Núñez Jiménez en donde los improvisados jugaron un papel relevante en el desastre que dejó.

Si Adán Augusto López Hernández no quiere terminar como el ex gobernador que no haga lo que aquel hizo.

Qué recuerde: que comenzó mal y terminó mal.

Y uno de sus esenciales errores fue nombrar en su gabinete a gente que practicó el gatopardismo.

A personajes políticos que cambiaron todo para que nada cambiara, pues.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI” (LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

La delincuencia a todo lo que da, desatada.

Robos, secuestros, ejecuciones, asaltados y heridos se han convertido en el pan de cada día.

Y sobre todo los fines de semana, y más si es quincena.

La policía continúa sin poder hacer nada.

Se necesitan más rondines por las noches, y principalmente, en las colonias populosas. En las que pasada las 19:00 horas, ya no se puede ir ni a comprar el pan o a la tienda por blanquillos, ante el evidente temor de que lo asalten.

Si le va bien, ya que corre el riesgo de ser picado por puro gusto.

El tema de la inseguridad pública, no tiene para cuando acabarse, al contrario, está sigue incrementándose por todos lados y a todas horas.

La situación es ya realmente preocupante, alarmante, desesperante. De nervios.

Ya no se puede andar con la guardia baja en ningún lado, pero en ninguna parte.

Ya nada es seguro.

Ni en la puerta de su casa está uno ya tranquilo.

A ver si no nos salen con el cuento, de que es “pura percepción”, tal y como lo hacía el “innombrable” ex mandatario.